historia de amor para la eternidad carta.
Apreciados
lectores:
Me
llamo Rafael, soy un chico que perdí a mi abuela paterna hace siete años,
cuando tenía trece; ahora tengo 20 y os contare mi historia.
Después
de que mi abuela falleció, ella se me aparecía todas las noches al pie de mi
cama, contándome cada día una historia diferente como siempre lo hacía, sin
embargo fue pasando el tiempo y yo fui creciendo, me fui de la casa de mi papá
a vivir con mi madre, porque él se casó de nuevo y su nueva mujer no me era muy
agradable, fue entonces cuando mi abuelita nunca más volvió a aparecerse, tal
vez porque no estaba en la casa donde ella vivió toda su vida o no sé en si
porque seria, la cuestión fue que me olvide ella y de mi pasado y empecé una
nueva vida a lado de mi madre y de mi medio hermana, todo marchaba muy bien
salí del colegio a la edad de diez y seis años y a los diez y siete ya estaba
estudiando de nuevo, pero esta vez en la universidad comunicación social. Ahí
conocí a cinco grandes amigos, Rosa, Laura, Penélope, Leonardo y Santiago,
personas con las cuales compartí mucho y a las cuales nunca voy a
olvidar porque fueron ellos los que me enseñaron el significado de la amista y
del amor, me enamore perdidamente de Laura y ella completamente de mí, fue algo
que se dio sin que nos diéramos cuenta todo paso de un momento a otro, recuerdo
su hermosa sonrisa todos los días y yo también sonrió, porque fue así como
empezó toda la historia.
Después
de un tiempo de conocernos nos volvimos los mejores amigos de la universidad,
yo nunca pensé ver a Laura como la mujer de mis ojos, sin embargo cuando la fui
conociendo más fondo me fue encantando su forma de ser y a pesar de que yo
nunca le dije nada, siempre supe que ella sentía lo mismo y eso se demostró en
una fiesta a la cual fuimos invitados,
ella fue con un vestido morado, con un escote que hacia relucir más su belleza
y su piel de porcelana, esa piel blanca que siempre estaba perfumada a frutos
rojos, sus labios rojos llenos de pasión y ese peinado que lucía con tanta delicadeza
y tanta clase me dejo boquiabierto y de ese momento nunca quise apartarme de
ella, a pesar de ser muy cursi ella era mi primer amor.
Mis amigos
habían notado que nos gustábamos y esa noche cuando yo estaba en el baño, Leonardo
entro y me dijo seriamente que nos
esperaban azotea, para tomarnos unas selfies y unas cervezas, entonces me dijo
que siguiera adelante que ya me alcanzaba, yo salí normal y al llegar me sorprendí,
ahí estaba la chica más hermosa de todas sola, al vernos fijamente ambos nos
intimidamos, pero yo me le acerque y mire hacia lo lejos todos los puntos
amarillos que habían y le dije: es hermoso, a veces me imagino como seria
nuestra vida sin luces; ella quedo en silencio creo que por más de un minuto y
luego exclamo: sería una vida más fantástica, así de noche nadie tendría que verme
disfrazada como lo estoy hoy. Termino con una sonrisa.
Si sé
que estas disfrazada, le dije en tono suave y proseguí diciéndole, disfrazada
de la princesa más hermosa de esta fiesta y del mundo entero. Ella volteo a
mirarme de una como si hubiese esperado que dijera otra cosa y al intentar dar un paso hacia atrás, no sé con
qué se resbalo y cayó en mis brazos, al levantarse bien yo le tenía la cara entre
mis manos y sin poder evitarlo la bese, beso que fue correspondido y que hizo
que nunca más volviéramos a llamarnos amigos, ahora ella era mi novia. Y fue
espectacular sus padres me aceptaron sin dudarlo al hablar con ellos sobre
nuestra relación, y madre la adoro por
su forma de ser tan humilde y sencilla, con ella viví los mejores momentos de
mi vida, cada sonrisa fue para mí un mundo nuevo que descubrí al saber que yo
era el motivo. Salíamos mucho a zonas verdes, a ríos lagunas, bosques y fincas
a pasear y cada vez que nos cogíamos de la mano todo lo pasado se borraba y se escribía
una nueva historia de amor.
Mis amigos
apoyaron también lo nuestro y estaban felices, porque era gracias a ellos que
ahora los dos estábamos juntos. Ellos fueron un gran apoyo para mí cuando la
mujer que pasionalmente más ame se fue para no volver, fueron dos años y medios
llenos de felicidad y de enormes triunfos que para los dos. Sin embargo un día
cuando yo estaba con mi madre, mi teléfono celular sonó, era la madre de mi
novia para decirme que había tenido un gran accidente y que estaba en el
hospital agonizando, pidiendo verme por última vez, no supe que hacer si correr
o llorar, si morir con ella o quedarme en las tinieblas de esta vida.
Mi madre me llevo al hospital yo entre corriendo y al encontrarme con su madre, ella me abrazo y entre lágrimas me pidió que hiciera todo lo que la mujer deis ojos me pidiera, yo también llore más de lo que había hecho y suspirando hondo, trate de hacerme el fuerte y entre a la habitación, ella posaba aunque mal, muy bella. Al verme las lágrimas se le vinieron y me dijo suavemente: creo que ya me voy y esta vez no va a poder ser contigo. Yo le pedí que no dijera mas porque los dos siempre estaríamos juntos, no me resignaba a perderla, entonces ella pidió que cogiera de la mano, hice lo que me pidió y volvió a mirarme con esos ojos cristalizados por las lágrimas y me pidió que fuera feliz, que dejara todo en el pasado, que empezara de nuevo sin ella, yo me recosté sobre su abdomen y llore, como nunca antes lo había hecho; me pidió que no llorara más y que el diera un beso, yo no pude decir que no y al besarla sentí que moría con ella, que toda mi vida ya no tenía sentido. Fue un beso que parecía no tener principio ni fin, solamente miles de eternidades juntas, de pronto sentí como aquel se empezaba a debilitar hasta que todo paro, me asuste y la mire, Laura tenía ya los ojos cerrados y en su rostro posaba una enorme sonrisa de felicidad, trate de levantarla creyendo que estaba bromeando conmigo pero había un aparato que sonaba sin parar y los médicos entraron a ver que era cuando el pregunte que pasaba, ellos empezaron a sacarme, y yo me arrastre diciendo que me dejaran con ella, pues en si había fallecido.
Al salir
mi madre me abrazo fuertemente y yo no paraba de decir que la amaba, que me quería
ir con ella, entonces la vi al fondo del hospital acompañada de mi abuelita, yo
me solté de los brazos de mi madre y corrí hacia ellas, pero Laura se había ido
y mi abuela me esperaba para decirme que aunque no era justo, todo pasaba por
algo y ella ya era feliz en otro lado, además me dijo que siempre estarían a mi
lado acompañándome. Puedo decir que tuve algo de consuelo y a la vez de más
amargura. Y a pesar de eso pasaron casi cinco años en los que solo me
limitaba a estudiar ya no salía, ya no hacia las mismas cosa de antes. Hasta que
a mi vida llego otra mujer que cambia mi forma ser día a día que paso con ella,
pero esa es parte de otra historia, que apenas estoy empezando.
Att:
Rafael B.
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