Los muertos caminan en el Cauca

 

Capitulo 1. Mi vida ahora es correr.

Vivía muy bien en la ciudad blanca del Cauca, trabajaba como guardia de seguridad en la construcción en unas torres de apartamentos, entraba a las cinco de la tarde y salía a las siete de la mañana, aunque el horario era extenso ese lugar lo había acogido como mi casa. En si soy de un pueblo cercano a Popayán llamado Cajibío; de allá proviene toda mi familia y de allá salí para poder ser alguien en la vida.

La cuestión fue que ya llevaba once meses trabajando cuando una mañana al llegar a la casa, uno de mis compañeros de apartamento me dijo que en un país lejano se había desarrollado un virus que atacaba fuertemente a las personas y que ya había matado a dos personas. Fingí prestarle atención y preocuparme por ello, para poder entablar una conversación, pero no aguante el sueño y me fui a dormir y el tema que tratábamos realmente me pareció absurdo. 

Una semana después aquel virus se volvió tendencia a nivel mundial por que ya les había costado la vida a demasiadas personas y era altamente contagioso y quince días después empezó la historia en su desarrollo, cerraron los pueblos, las ciudades y los países como tal, el trabajo se fue a pique para muchos sectores industriales y la noticia diaria era la cantidad de muertes que se presentaban. Empezó una competencia por encontrar una cura y acabar con la pandemia y una vez se hizo toda la humanidad pudo volver a respirar tranquila durante algunos días mientras empezaban a vacunarse, lo triste fue que aquello empeoro las cosas y una noche cuando la lluvia caía lentamente, desde el quinto piso empecé a ver a gente corriendo desesperada, al principio no entendí el por qué, pero luego vi como un sujeto alcanzo a una mujer y la tiro al suelo mordiéndole el cuello y para luego comerse su rostro fue una escena perturbadora y de inmediato se me vino a la mente una apocalipsis zombi y es que realmente estaba tan obsesionado con ello que por un momento pensé que era yo el culpable o al menos que solo estaba en una pesadilla y que me había quedado profundamente dormido en el trabajo e intente despertar pero no, no estaba dormido y al reaccionar de inmediato llame a mis padres eran las diez de la noche y se demoraron en contestarme porque ellos son de las personas que se acuestan cuando el sol desaparece del cielo  y al contestarme de inmediato los alerte.

-       - ¡mamá! – dije mientras observaba a un joven entrar a su casa y gritar con desespero al ver que “los no vivos”, que se habían duplicado en momentos, rompieron los vidrios de su casa y tiraron la puerta, luego solo escuché más gritos y un silencio infernal.

-       - ¿Qué esta pasando? ¿Qué fueron esos gritos? – pregunto mi madre preocupada - ¿estás bien?

-      -  Si madre, si estoy bien – dije tratando de contener mi llanto – madre escucha lo que te digo y créeme porque de ahora en adelante nuestra vida corre peligro.

-      -  ¿Por qué dices eso? – pregunto mi madre a quien escuche prender el interruptor de energía de su habitación - ¿Qué está pasando?

-       - Madre no sé qué van a hacer, pero deben irse de inmediato de la casa, buscar un lugar donde puedan encerrar, construir muros o donde nadie llegue. Por qué los muertos se han levantado de sus tumbas y vienen pro nosotros – dije imitando la voz de susto que hacían en las películas de terror y en si por que así lo sentía de un modo a otro mi vida no estaba segura allí.

-      -  ¿estas drogado o qué? – me recrimino mi madre y al momento mi padre desde lejos

-       - Prendan la televisión, allí deben estar pasando lo que les digo, créanme ¡por favor! – le supliqué y pude escuchar como encendieron la televisión y hubo exclamaciones de terror al ver lo que pasaba en todo mundo - ¿Qué quieres que hagamos?

-       - Váyanse lejos de allí, despierten a todos los vecinos pidan su ayuda, porque si esto ay esta pasando aquí en Popayán lo más seguro es que para mañana ya los alcance, aseguren comida, víveres y armas para luchar si se llega a dar el caso, no sé si sea cierto o no, pero apunten a la cabeza y aléjense de los mordidos o heridos por esas cosas – les sugerí lagrimeando pensando en que tal vez no los volviera a ver – imagino que pronto vamos a quedar incomunicados, así que los amo con todo mi corazón.

-       - Espera hijo y ¿tú qué harás? – pregunto mi padre arrebatándole el celular a mi madre - ¿Cómo vas a allegar acá?

-     -   No lo sé papá, pero no se preocupen por mi yo estaré bien – respondí para no preocuparlos más – yo se me defender, ustedes preocúpense por mis hermanos y por mantenerse a salvo.

-       - Lo estaremos y te esperaremos, nos veremos en la finca de tu tía Marina que está en lo más lejos de la sociedad y las montañas que la rodean nos darán tiempo para pensar y ver como evadir todo eso – sugirió mi padre con la seguridad de un gran líder, el cual era desde muy joven – te veremos allá, ¿por favor?

-      -  Está bien – respondí suspirando como si fuera una promesa que jamás se fuera cumplir – allá nos vemos. Oren mucho por mí por favor.

-     -   Te amamos – dijeron a coro mis padres sollozando y los pude imaginar abrazándose con la esperanza que su primogénito los alcanzaría.

-       - Yo los amo más, pero no más charla debo ver cómo salir de aquí y ustedes a despertar al mundo que sobrevive ahora. Los amo y nos veremos muy pronto de nuevo juntos.

Colgué porque no quería detenerlos más, sabía que ahora su tiempo era limitado y en la finca de tía Marina estarían más que bien y yo debía llegar allá de un modo a otro, esa sería mi meta de ahora en adelante cumplirles la promesa de volver a estar todos juntos de nuevo o bueno eso fue lo que pensaba antes de que un tipo se metiera en la construcción y justo en la torre donde yo me encontraba siendo perseguido por una decena de infectados, ahora debía pensar en cómo bajar cinco pisos sin topármelos.     

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