Construcción en el bosque del terror parte 1.

Gustavo un maestro de obra fue contratado por un millonario para acabar de hacer una casa de campo en medio de una montaña a las afueras de Popayán; obra que demoró más de un año y en su etapa cumbre los antiguos obreros habían renunciado, nunca dijieron el "porque"; llevaban más de un mes y no había pasado nada hasta entonces, pero ese día Felipe cayó desde el segundo piso al enredarse con un alambre, de inmediato el maestro lo llevo al coche y se lo llevo diciéndole a los demás obreros que llegaría en la tarde para recogerlos.
El día transcurrió normal desde que Gustavibse había ido, pero en luego al ver la hora empezaron a inquierarse, tenían hambre  y su jefe no llegaba por ellos ¿Qué pudo haber pasado? Se preguntaban.
- llámalo - sugirió Pablo a Julián
- era lo que iba a hacer - dijo Julián Sacando su Celular y Marcando el número de Gustavo - no contesta, lo tiene apagado.
- ¿sería que le paso algo grave? O ¿ sería que Felipe se murió? - indago Wilson Con intriga - el muchacho iba grave.
- Dios no quiera eso - hablo Humberto el hermano de Wilson.
- ¡vuelve a marcarle!  - exclamó Eduard a Julián
- lo estoy haciendo pero sigue apagado - exclamó Julián- y mi celular está a punto de apagarse
- el mío se apagó a medio día - trato de consolar Daniel
-ya van a ser las siete de la noche y tengo mucha hambre ¿alguien tiene algo de comer? - pregunto Carlos tocándose la barriga
- tenga - respondió Santiago dándole un paquete de galletas.
- todo bien mijo - agradeció Carlos.

Los chicos se fueron a la terraza, pues ahí los alumbraba la luz de la luna llena, ya que no había energía, la sombra de los árboles no permitía ver una sola casa que estuviese cerca y de hecho la única que podía estar cerca probablemente estaba a once kilómetros.
- y  ¿qué? ¿ como vas con Rosita? - le pregunto Julián a  Eduard
- no, nada mijo - respondió Eduard algo tenso - esa vieja es puro visaje, loca y celosa.
- entonces ¿ que piensas hacer? - volvía a preguntar Julián
- nada, pues no tenemos nada - respondió Eduard mirando su reloj - ella se empeliculo solita.
- vos si sos de buena para esas mujeres - interrumpió Alexander y luego cuestionó - ¿lo mismo no te paso con Ana?
- uy, -rio- si severa loca - respondió Eduard riendo - por ella casi me toca irme de la ciudad.
Estaban hablando tranquilos hasta que dentro de la casa se escuchó un estruendo, como si toda la herramienta que tenían parada en la pared se hubiera caído, aunque en efecto era ello.

- parce - dijo con asombro Pablo - yo dejé esto bien puesto.
- ¿qué? ¿ estas diciendo que  alguien las hizo caer? - pregunto Carlos
- no lo sé, pero esto no me está gustando - respondió Pablo, mientras alumbran con su linterna de bolsillo por todo lado.
- ¡vaya! Aparte de estar lejos del mundo, ahora nos asustan - exclamó con sarcasmo Santiago - ¡ grandioso este trabajo!
- deberíamos dejar esto cerrado e irnos caminando - propuso Julián al grupo - puede que el maestro venga en camino.
- tiene razón - apoyo Carlos - ¿ que nos vamos a poner a esperar?
-¿ con que vamos a alumbrar? - pregunto Wilson - no ven que los pinos tapan la luz de la luna, ademas son seis hectáreas de bosque y vamos a salir sólo con la posibilidad de encontrarnos con el maestro y ¿ si el no viene que? La única cada cerca está mucho más lejos de la Pinera.
- entonces - se resignó Daniel - ¿qué hacemos? Mañana es domingo y es el cumpleaños de mi hija.
- y ¿ si le paso algo al maestro? - pregunto Wilson y mirando a Daniel le dijo - pues llama a tu casa y que nos vengan a recoger que entre todos pagamos la gasolina
- está bien-  dijo Daniel y le pidió prestado el teléfono a Julián, marco y al segundo vip le contestaron. Luego colgó y dijo - mi tío nos va a venir a recoger, así que podríamos irnos caminando para matar tiempo.

Los nueve hombres empezaron a caminar al aceptar que era mejor ganar tiempo, cada uno se llevo un machete por si algo llegará a pasar en la que sería la más cruel noche de sus vidas.

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