MI NUEVO MUNDO CAPITULO 1. LA LLEGADA


El día había llegado y Adriano estaba emocionado, iba a prestar servicio militar.
Años atrás  había pensado que era una perdedera de tiempo prestar el servicio aquel, pero este año las grandes historias de guerra, entrenamiento y sabiduría lo hicieron recapacitar al punto de querer ser un recluso, para luego ser un hombre de honor, se alisto y se fue sin decirle a nadie, quería hacer eso solo, si le hubiera dicho a sus padres ellos probablemente no lo hubieran aceptado, además si no pasaba las pruebas pues quedaría como un completo fracaso, así que prefirió guardar silencio. Si pasaba bien y si no pues también.
Llego a las puertas del distrito donde reclutaban a los jóvenes, habían pocos entre ellos Dimitrio un chico que le confeso tenía 4 hijos con tan solo 22 años de edad, además tenia ciertas tendencia pandillera pero quería dejar todo eso, según el quería dejar esa vida atrás, de igual manera conoció a Rafael un chico lleno de tatuajes que vivía a dos horas de la ciudad, a Andrés Camilo, un chico  con vestimenta algo rockera, pantalones rotos, botas,  una pañoleta amarrada a la pierna izquierda; cabello largo, camisa delholgada y a Tobías un chico sin pelos en la lengua que decía lo que le parecía sin importarle  si a las demás personas les incomodaba o no, frentero en todo el sentido de la palabra, siempre se reía de lo que decía y es que su voz no le ayudaba en nada, la tenía muy delicada, eso podría causarle cierras incomodidades en aquel lugar.
Empezaron a llamar para la prueba odontológica y la paso, luego la prueba médica y  la paso también, en la prueba psicológica casi se queda, sin embargo con su astucia logro persuadir las preguntas que podrían causar fin a su nuevo sueño, el de ser un militar, y también la paso, el primero en pasar todas las pruebas, Andrés camilo no había pasado y luego no paso  Rafael,  ninguno con los que había hablado parecían iban a  pasar, hasta que salió Dimitrio y se sento junto a la sombra de  un árbol florido, entonces llamo a su casa para que le trajeran implementos de aseo porque ya los llevarían al alojamiento.
- ¡EY! - dijo un dragoniante - vengan conmigo
Los chicos se levantaron, Adriano había visto en los ojos de su padre cuando llego a dejarle sus cosas cierta tristeza pero sabía que todo estaría bien, que el estaría bien en aquel lugar.
El dragoniante de tan solo 22 años de edad les aconsejo que se portaran bien e hicieran caso a todo lo que le pedían por absurdo que fuera, pues en el entrenamiento a los que desobedecían, se le cobraba la cuenta.
El alojamiento quedaba a 15 minutos caminando del distrito de reclutamiento, Adriano  se sorprendió al ver lo inmenso que era aquel lugar y así pasaron al lugar donde dormirían, los famosos catres estaban solo tendidos con una sábana y apenas llegaron tuvieron que ponerse a buscar tablas para los colchones y luego de eso se recostaron a esperar la noche, a imaginarse su nueva vida allí; Adriano saco de su bolso un libro y se puso a leer " Nunca renuncies a tus sueños"  entonces como por arte de magia apareció ante sus pies, ya que dormiría en el catre de arriba, un chico blanco, de cabello rizado  largo, ojos negros como el carbón; su mirada trasmitía dulzura, como las noches de luna llena, pero él tenía que mantenerse en su lugar, no iba  a cambiar no podía dejar ver su verdadera personalidad.
-          ¿Quién eres tú?  - pregunto con descortesía.
-          Me llamo Cristian, mucho gusto ¿Qué lees?
-          Un libro acera de los sueños que se tienen, se llama: “nunca renuncies a tus sueños”
-          Me lo dejas ver, a mi también me encanta leer – comento mientras sonreía, sus labios  eran rosados y provocativos, además le guiño el ojo.
-          Claro, míralo – dijo Adriano mientras le entregaba el libro, a pesar de su descortesía, el muchacho seguía allí ¿Qué quería?
-          Vaya estos son los libros que me encantan leer.
-          No me digas, ¿te gusta la superación  personal? – pregunto con interés, que se reflejó mucho en ese momento.
-          Si me gusta mucho leer superación personal y me fascina la poesía, me deleito leyendo palabras de amor,  pero solo eso.
-          A mi también me gusta la poesía, en ocasiones escribo, aunque lo que más me gusta escribir es drama y ciencia ficción.
-          ¿también te gusta escribir?  – pregunto con un brillo fascinante en sus hermosos ojos negros – yo también lo hago, aunque me gusta mucho escribir sobre las formas que uno puede seducir a una persona, pienso algo, lo pongo en práctica y si me da resultado lo escribo.
-          Vea pues -  dijo Adriano tratando de entender que tenía que ver la superación personal con las formas para seducir a alguien, aun así no paraba de verle los hermosos ojos negros ¿Quién era en verdad? – pues dale, fascinante espero leer pronto tus consejos para seducir por ahora voy a seguir leyendo, si algo ahora más tarde hablamos ¿vale?
-          Dale, ahora nos vemos. – dijo el chico sorprendido por la actitud del joven, era muy descortés pero en algo le llamo la atención, no iba darse por vencido en tratar de ganárselo, le había llamado mucho la atención y guiñándole el ojo y sonriéndole tiernamente se retiró.  
¿Qué había pasado allí? Se preguntaba Adriano viendo su libro, porque ya ni interés en leerlo tenía, aun así aparte de irritante el chico le había parecido muy tierno, como podía alguien así estar allí en un lugar como ese, ahora su estadía la sentía sorprendente, ¿amor a primera vista?
-          ¡A FORMAR! – grito un dragoniante. Todos comenzaron a correr para salir de aquel cuarto.
Era la hora de cenar, Adriano solo pedía que fuera algo que no tuviera gusanos, pues en el almuerzo que le habían dado le salió uno que aún se movía, entonces Cristian pasó por su lado y mirándolo le sonrió y siguió caminando.
En el rancho se sentó a lado de Dimitrio y sus nuevos amigos que no se veían tan sensatos, pero iba a comprender que allí no todo era lo que uno creía, tendría muy buenos amigos y sin pensarlo el amor también  llegaría y con eso pruebas difíciles, pero que iba a afrontar sin duda alguna.  


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