Fenómenos paranormales Cap. 2 el duende

Nunca pensé que en mi vida hubiese podido vivir cosas tan aterradoras, desde que entre a esta revista; desde hace una semana comenzó mi primer caso. Todo empezó cuando los padres de una niña llamada Lucia, llegaron ala oficina para decirnos que la ayudáramos a encontrar a su hija por que un duende se la llevaba todos los días por la noche y la dejaba a la orilla del rió. A mi me intereso mucha aquella historia así que le dije a David que iría a averiguar que pasaba. Cuando llegue a la casa sentí un aire muy pesado, me puse a tomar, fotos del lugar, era muy bonito, tenia alberca  y viejos y enormes arboles de roble, cuando pude hablar con la niña, ella me confeso que el duende era su amigo, el la protegía de su papà que la maltrataba cuando se embriagaba, la llevaba a un lugar donde le enseñaba nuevos juegos y le daba muchos dulces, era un hombrecillo pequeño con ojos tan negros como la noche, manos tan suaves como la seda y aunque tenia un aspecto aterrador era muy amable, esa noche me tuve que quedar en la casa de esa familia y a pesar de que me tiraban piedras en la ventana de madera, pude descansar un poco, al otro día de nuevo la niña había desaparecido, pero esta vez no fue encontrada en un  rió sino a la orilla de un enorme árbol de pino que estaba a la entrada de un bosque.
Lucia, aunque solo nos hubiéramos visto una sola vez, me cogió mucho cariño y al verme me abrazo llorando y me dijo que esa noche seria la ultima que pasaría con sus padres, por que su amigo se lo llevaría a vivir en un cuento de hadas, me sorprendí mucho y le dije que no fuera a ningún lugar, pero ella estaba de terca, se lo comente a sus padres y asustados me dijeron que no permitiera aquello, pues en si el duende era una forma de venganza que el abuelo de doña Marcela les mando por no regalarle a su hija y el espíritu se la llevaría para él.
No sabia como resolver este dilema, me había quedado incomunicada con los de la revista para que me ayudaran, sin embargo en la casa vi muchos libros y escritos viejos y los empece a lee, ninguno decía algo concreto sobre lo que estaba pasando hasta que leí un libro de aproximadamente 300 paginas, estaba la descripción de todos los duendes existentes, ademas de la forma en que se podían destruir. Revise el contenido y me centre, por lo que dijeron los padres de Lucia, en el duende vengativo y me di cuenta que la única forma de destruirlo era estando con la victima a media noche con música para bailar, aguardiente y sal. 
La noche estaba llegando y los padres de la niña ya habían conseguido los materiales para el culto, a eso de las ocho de la noche se escucharon tres aterradores maullidos de gatos que se repitieron a las once, cuando se llego a las doce encendimos la radio con la música para bailar, mientras que don Andres le pedía perdón a su hija por por maltratarla y por su problema con el alcohol, se comenzaron a escuchar pasos en la cocina, nosotros estábamos en la sala, de pronto apareció un hombre con una enorme túnica negra que extendió su mano con enormes uñas mugrosas y cuando Lucia empezó a acercarsele, yo le quite el gorro que tenia y le eche el aguardiente con la sal, un enorme rayo violeta invadió la casa, mientras que el pequeño intruso comenzaba a transformarse en un hombre de edad que gritaba de angustia y luego desapareció.
Luego entendí que la música era para ablandar la situación ante una persona de creencias antiguas y el aguardiente con sal como método de bendición. Don Andres ahora ha dejado de tomar, por que sabe que su amor fue, en gran parte, lo que no dejo que su hija se fuera con un ser que posiblemente la mataría, el mismo ida en que dos años atrás falleció el abuelo de Marcela. Ahora puedo decir que son una familia y que aprendieron muchas cosas como el amor familiar y unidad, por mi parte quede muy contenta con mi primer caso resuelto, se que vendrán muchos mas de los cuales saldré victoriosa, por que no es el hecho de escribir sino ayudar a enfrentar lo que otros no pueden hacer solos. Duendes hay muchos, buenos y malos, bajados del cielo por desobedientes y tal vez otros por que definitivamente solo quieren hacer daño, por una venganza o rencor sin merecer. 
Viviana Quintero.

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